Realmente cuando escribía la noticia de su presentación, tenía ganas de probar la nueva tablet de Samsung por una funcionalidad que, en mi opinión, era lo que le hacía falta a las tablets para que fueran una verdadera herramienta de opinión. Al parecer, no todo es tan bueno como lo pintaban en su presentación, como pudimos comprobar y como mencionan en Android Police.Las tablets Android en general no son buenas, independientemente de mis preferencias personales o de cualquier otra persona, es un hecho que se deduce de las estadísticas; con esta tenía la esperanza de que fuera diferente por un par de características interesantes que tiene de serie: S-Pen y pantalla dividida.
El problema viene a cuando descubres que la pantalla dividida sólo funciona con unas cuantas aplicaciones nativas: el navegador, Polaris Office, Galería de Fotos, reproductor de vídeo y app para e-mail (que no Gmail). Y a eso se suma que ninguna tablet con Android vale la pena por una sencilla razón: no hay aplicaciones que realmente aprovechen el aumento de pantalla sustancial que hay en estas respecto de los teléfonos, no las hay en cantidades abundantes, como sí en el iPad.
Lo complicado de tener una tablet que sobre el papel suene genial es que la ejecución tiene que ser perfecta también, no basta con decir “vas a poder usar aplicaciones al mismo tiempo”, hay que hacer que eso se puede hacer con “aplicaciones”, en genérico, no con X número de las mismas. No puedes decir que tener un stylus integrado va a marcar la diferencia entre el cielo y la tierra con otras tablets, cuando sólo lo usas realmente con S-Note. Otro de los puntos que realmente importan es la resolución de la pantalla, donde Samsung falla de forma garrafal: no puedes tener 1280x800 en tu tablet flagship, al menos no si quieres tener un mínimo de calidad en tus estándares y quieres tener algo de concordancia para poder hacer algo más usable la pantalla dividida.
Lo más curioso de todo es que lo dice una web reconocida para fans de Android.
