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27/4/11

Apple podría cobrar por la música en la nube... Y Google también

Conejitos, abanicos, zapatos… Encontrarle formas a las nubes siempre ha sido un pasatiempo digno de grandes y chicos… pero encontrar todo lo que tienes en tu biblioteca de música y mucho más es una novedad con la que Apple y Google se comprometen a toda prisa, eso sí, parece que cobrándote por ello.

Si bien hace días se dijo que el servicio de música en la nube mediante la compañía de Steve Jobs sería gratuito y se matizó con que tal vez no sería gratuito pero sí una versión de iTunes con descargas ilimitadas, hoy se ha hecho una aclaratoria que podría resultar desalentadora: al principio no tendríamos que pagar por cargar sonidos pero eventualmente se establecería una tarifa para mantener activa la utilidad.

Apple, por cierto, no es la única compañía sobre la cual se ha rumorado el cobro, que durante 2010 se estimó en 20 dólares por año. Google es la otra que está en la carrera por llegar temprano a poner música en servidores virtuales y también podría asignar una tarifa a quienes quieran disfrutar de ello, tarifa que hace meses Ed Christman, columnista de Billboard, predijo en 25 dólares anuales por suscribirse mediante la competidora de la manzanita mordida.

No olvidemos, por cierto, que Amazon se las llevó a todas en los cuernos con el anuncio de su almacén virtual de música y que se rumora que HP también se trae entre manos un servicio similar que permita, además, almacenar películas.

Y mientras la artífice del iPad aún no arriesga una fecha para el lanzamiento de su versión de iTunes en la nube, Google se ha dado el lujo de anunciar, aunque de manera imprecisa, un adelanto en su implementación, originalmente prometida para finales de este año.

Así, como si de una subasta se tratara se gritan números a ver quién acierta en lo que los usuarios tendrían que pagar, mientras ambas compañías se esmeran en establecer alianzas que, sin las amenazas jurídicas que ha sufrido Amazon por no pagar licencias de los contenidos que está archivando en su Cloud Drive, hagan prosperar sus proyectos y los conviertan en líderes de la arista musical de la nube de Internet.

Por un lado, Apple se emparenta con Warner Music para ponerle música a MobileMe y por otro Google dice estar calentándole la oreja a la sueca Spotify quien, si bien vería en la famosa compañía su opción de incursionar con el éxito asegurado en el continente americano, ha desmentido a través de su portavoz, Jim Butcher, cualquier negociación con Google.

Ambos, a su vez, intentan endulzar a las discográficas basados en las bondades de sus reproductores remotos, dejando medio desatados un par de cabos (y en esto Google ya ha tenido sus primeros tropezones):

Primero: entre consumidores que normalmente prefieren descargar canciones para tenerlas disponibles siempre, ¿qué anzuelo habría que lanzar para engancharlos en un servicio que les cobra por oír algo que nunca tendrán para sí mismos a no ser que accedan a Internet? La respuesta estaría en el bajo costo de una suscripción anual (si las cifras realmente son las que se rumoran) por música ilimitada versus el costo de las canciones descargadas individualmente.

Aquí viene lo segundo: ¿Qué tan buen negocio es para las discográficas alquilar sus músicas en lugar de venderlas? En este punto es donde se hará valer la maña para convencerlos de que la propiedad de los contenidos no necesariamente es el modo más rentable de ofrecerlos.

Con los servicios de alquiler se obtendría “algo” de parte de los usuarios que, en muchos casos, accederían al contenido de manera pirata, significando entonces una ausencia total de ganancias. Además, en Internet queda mucho por explotar publicitariamente, de modo que el marketing también podría ser un aporte para sufragar los costos.

Vale recordar que esta competencia cobra fuerza a menos de un mes de que Google echara a Grooveshark del Android Market, al mejor estilo de Apple, que hizo lo propio tiempo atrás.

Lo cierto es que, a pesar de habernos dicho que podría ser gratis, hasta ahora las opciones parecen irresistibles: 20 ó 25 dólares por un año de música garantizada es lo que Vito Corleone llamaría “una oferta que no vas a poder rechazar”. Yo me apunto, ¿y ustedes?

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