Y es que según las estimaciones ya podrían haber superado los 10 millones de unidades distribuidas, que se convertirían en unidades vendidas antes de finales de año, consiguiendo así llegar a las previsiones que Apple tenía para este año, que a muchos nos parecieron algo exageradas.
Los cálculos de estas cifras, que no son oficiales, se han hecho mediante el IMEI de las unidades distribuidas, que arrojan unos 9 millones de teléfonos a finales de septiembre. Aun contando los que todavía no se han vendido, eliminando los que hayan salido defectuosos, devoluciones,... nos muestra una buena situación para el teléfono de Apple.
Evidentemente, estamos hablando de cifras que palidecen si las enfrentamos a los números que manejan empresas como Nokia, pero teniendo en cuenta que estamos hablando de un fabricante que solo distribuye un terminal, que tiene un precio bastante elevado, sin algunas funciones bastante básicas y que, en la mayoría de casos, requiere una permanencia exagerada, no se puede negar que la maquinaria de marketing de Apple ha movido sus engranajes con total precisión.