
Apple admite que “app” es una aplicación y que una “store” es un establecimiento minorista de venta. Todo ello, claro está, en la lengua vernácula de Shakespeare. Pero la compañía “niega que, en función de su significado común, la combinación de las palabras App Store las palabras juntas denoten una tienda de aplicaciones“.
El término no es usado comúnmente por la industria refiriéndose a servicios de descarga y, dado que la marca “App Store” no es un término genérico, la Amazon Appstore para Android podría incurrir en un delito de apropiación indebida de una marca registrada al utilizarla para darle nombre. Es evidente que Apple, mediante esta maniobra de lógica enrevesada está aprovechando todas las posibilidades a su alcance con el firme propósito de defender la que considera su marca en exclusividad.
Algo para lo que el comité de dirección de Amazon había replicado con anterioridad exactamente lo contrario, iniciando una batalla legal que ha cruzado el charco para mostrar a Microsoft, HTC, Nokia y Sony Ericsson formando frente común ante Apple presentado formalmente sus quejas contra el registro de Apple sobre el mencionado término a nivel europeo.
Sin duda alguna la delantera tomada por Apple con la incorporación de su tienda de aplicaciones años atrás ha generado en las cabezas de los usuarios de teléfonos inteligentes, independientemente de la plataforma de uso, una poderosa asociación de ideas que lleva a denominar “App Store” a cualquier tienda de aplicaciones con múltiples variantes.