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Si bien Heins —quien sólo lleva seis meses en el cargo— admite que su empresa ha fallado en entender y sumarse a las tendencias más importantes de la industria de los smartphones, aseguró que se siente frustrado al ver cómo todos ya están redactando el obituario de la compañía de Waterloo, y negó que se encuentre en un espiral descendente destinada a desaparecer: “Creemos que RIM es una compañía que está comenzando una etapa de transición, de la que esperamos volver para cambiar la forma en que se comunica la gente”.
Ahora sólo queda esperar si la emblemática compañía será capaz de remontar la notable baja en ventas que desde hace un año sufren los teléfonos Blackberry, o por lo menos de apaciguar todos los rumores que afirman que el negocio se dividirá para sortear los últimos problemas de la empresa.