“Para hacerlo pequeño y ligero, se tuvo que hacer un diseño muy complicado” comenta una fuente anónima de la empresa, y agrega: “Toma tiempo aprender a fabricar este aparato. La práctica hace al maestro y nuestra productividad va mejorando día con día”.
Por otro lado, varios clientes de Apple se han quejado de recibir teléfonos nuevos con daños en la superficie; los que adquirieron uno en buen estado afirman que se les ha rayado con mucha facilidad. Sobre esto, la misma fuente anónima dijo que es difícil tratar de cumplir con la parte estética y la parte funcional pero, que se esta trabajando para mejorar el control de calidad y que se evite que salgan equipos dañados de fábrica.
Pero el iPhone 5 no solo es culpable de causar retrasos en la línea de producción, también lo es de crear caos y conflicto entre los trabajadores y es que, esa misma complejidad ha sido factor para crear estrés y frustración entre la fuerza laboral de Foxconn que como hemos reportado antes, ha estallado en enfrentamientos contra sus superiores.
¿A quién podemos culpar? En realidad tanto Apple como Foxconn tienen la culpa. Por un lado, Foxconn se comprometió a cumplir metas que evidentemente le están costando trabajo cumplir y por el otro lado, Apple no parece interesarse por capacitar a su mano de obra.
