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21/4/12

RIM podría jugársela abriendo el código de Blackberry OS

En una semana en la que voces van y vienen diciendo que la plataforma de BlackBerry va a morir, RIM parece ir a por todas en la búsqueda de un respiro. La canadiense podría abrir el código de su sistema operativo con la intención de que otros fabricantes de hardware se sirvieran de su plataforma.

Claro que, a estas alturas, y luego de lo sucedido, por ejemplo, con YouMail o con Apalabrados, la primera duda en todo esto es: ¿Quiere alguna compañía que sus equipos se vean involucrados en la caída libre de RIM?

“Tenemos un montón de ofertas para que el sistema operativo de BlackBerry sea abierto a otros fabricantes de teléfonos. Sin embargo, aún esperamos una llamada al respecto”, ha dicho un misterioso Carlo Chiarello, vicepresidente senior de negocios smartphone de RIM.

De ese modo, si bien aún no es un hecho que el sistema operativo de BlackBerry pase a compartir su condición de libre con otros, como Android, lo dicho por Chiarello deja abierta la posibilidad y, sobre todo, le da a la canadiense el beneficio de la duda con respecto a su capacidad de asociarse debida al interés que sus desarrollos puedan suscitar en otras compañías.

La verdad es que a RIM en algún momento fue genial. Lamentablemente, ser muy de la vieja escuela, en la que cada fabricante hacía su sistema única y exclusivamente para sus móviles, le ha sentado mal.

Una estampida de fracasos le han aplastado en la bolsa, en la mente de sus consumidores y hasta en el ánimo de sus trabajadores y, de momento, no salta a la vista ningún plan que le redima, con lo cual la antiguamente triunfadora creadora del BB PIN ha quedado para entretener a los ojos más fatalistas, que le miran caer desde ya no muy alto.

A este punto en el devenir de RIM ya no podemos saber si lo que estamos asistiendo es el comienzo de su salvación o son sus estertores.

Éxito no garantizado

En el mejor de los casos, si RIM abriera su código y otros fabricantes decidieran lanzar móviles con Blackberry como sistema operativo, la victoria de la canadiense seguiría sin ser segura.

La apertura del código pesa, cómo no, para atraer usuarios avanzados que quieran personalizar sus equipos al máximo y para enamorar perdidamente a los desarrolladores que son, al final, quienes hacen que unas tiendas de aplicaciones tengan más caña que otras. Esto es algo que hemos aprendido muy bien gracias a Android.

Sin embargo, un código abierto no define el éxito o fracaso de un negocio o plataforma y eso ha quedado a la vista con los dos lados de la moneda dados, por ejemplo, por iOS y MeeGo, donde el primero ha triunfado siendo lo más cerrado que hay y el segundo, que era por mucho la realización del máximo fetiche de un montón de desarrolladores, nació muerto.

De este modo, la hipotética apertura del sistema operativo de Blackberry podría resultar, más que un negocio en sí, un manifiesto: la expresión pública e indiscutible de que RIM tiene la voluntad de adaptarse al tiempo en que está y recuperar el valor perdido al igualarse a muchos de los que dictan pauta en el mercado.

Sería una forma “marketiniana” y hasta política de salir al ruedo con el endoso inconsciente de Android y el mismísimo Windows Phone, vamos, que sería un gran “me too” entre los grandes del código abierto y parcialmente abierto.

Aun así, RIM se las tendría que ingeniar para mantener la venia del segmento empresarial que le perdona sus faltas de innovación y le elige por su robustez: si RIM decide abrir Blackberry OS se las tiene que ingeniar para que dicha apertura no ponga en peligro el factor seguridad y en vez de ayudar acabe por sumarle un nuevo riesgo a su negocio empresarial.

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