Pese a la posible gravedad del asunto, para caer en la trampa es necesario darle manualmente los permisos correspondientes al virus, lo cual se realiza con la tradicional pantalla que aparece al instalar una nueva aplicación en Android. El paso siguiente es la creación de direcciones remotas a las cuales se podrían enviar los archivos de audio recolectados, los cuales se guardan en la tarjeta SD del teléfono bajo el formato .AMR.
Así que el consejo es simple: cuidado con lo que instalamos y sobre todo, con los permisos otorgados, ya que hasta el momento aún es obligatoria la aprobación del usuario antes de que cualquier malware haga de las suyas en nuestros móviles.