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25/3/11

Color, una app que prueba los límites de lo "social" y lo "privado"

Sin duda, la salida al mercado de Color, una app para compartir imágenes, ha dado de qué hablar hoy. A primera vista, podría ser otra aplicación para compartir fotografías con tus amigos, pero esta vez ese término — como siempre pasa en las redes sociales — es estirado y manipulado. Con Color puedes tomar fotografías y video y, en lugar de ser una red social tradicional en la que te “suscribes” al contenido de la persona que te interesa, se comparten por proximidad geográfica.

El radio para compartir los archivos es de 150 pies, es decir, 45 metros. Si tomas algunas fotografías en una fiesta y hay otros usuarios de Color dentro de esa distancia, podrás acceder a sus propias fotos. Sin pedir permiso, sin avisarles. Ah, y ellos también podrán ver las tuyas, en un stream continuo. Dependiendo de la proximidad y de la cantidad de tiempo que se pase con las personas que usen la app, se volverán parte de tu Red Elástica, con lo cual podrás ver también las fotos y videos de aquellos en su propia red. Si empiezas a perder el contacto con alguien, sus imágenes empiezan a perder color, hasta volverse blanco y negro en la aplicación.

Hasta aqui todo suena interesante e innovador, excepto que Color no va a hacer distinciones entre las fotografías cándidas que tomaste mientras cenabas con tus amigos o las altamente privadas y no aptas para niños que le mandaste a tu pareja. Oh, sí, es el siguiente paso en el voyeurismo. Todo está visible, todo el tiempo. Pero, si un usuario te denuncia por contenido inapropiado (es decir, en un ambiente público), la empresa se reservará el derecho de quitar la imagen de su red y/o desactivar la app en tu dispositivo. Pero, seamos sinceros, ¿quién va a ir a acusar a la chica que le manda fotos, ejem, atrevidas al novio?

En los términos de servicio de la aplicación se resuelven muchas dudas. Por ejemplo, Color dice que lo que subas a su red es tuyo, pero que les concedes una licencia aunque desinstales la app. Piden que no se use para documentar actos ilícitos y que, de hacerlo, ellos podrían alertar a las autoridades pertinentes. Además, señalan que el contenido que veas en la red de otro usuario no te pertenece. Y, claro, tiene un apartado en el que se lavan las manos como Pilatos y dicen: “pero ofrecemos esta app ‘como es’, sin garantías”.

Color usa todo lo que puede en el dispositivo en el que esté instalada, ya sea Android o iOS, para hacer crecer tu Red Elástica. Si no tiene acceso al GPS, para determinar a quiénes tienes cerca, lo hará midiendo las condiciones de luz en la cámara y hasta el ruido ambiente, mediante el micrófono. Si se quiere compartir las galerías con alguien más, puede hacerse vía Twitter, SMS y Facebook, aunque los “externos” no tendrán manera de modificar el álbum ni participar en él, serán solo espectadores.

Y por si eso no fuese suficiente para llamar la atención, es Bill Nguyen quien está al frente de Color, el mismo que le vendió a Apple el servicio de compartición de música, Lala. Solo para el lanzamiento, Nguyen consiguió la friolera de 41 millones de dólares en financiamiento de parte de Sequoia Capital, Bain Capital Ventures y el Silicon Valley Bank y eso debe darles una idea de la confianza que los inversores le tienen a la empresa.

Por el momento, no se han anunciado versiones para otros sistemas fuera de los de Apple y Google, pero de tener éxito, es muy probable que las veamos en un futuro próximo.

La pregunta es ¿hasta dónde están dispuestos a compartir lo que tienen en su móvil?

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