
Un gran disparo en el pie de Apple, pues si los desarrolladores no pueden consultar a colegas para recibir ayuda a la hora de programar sus aplicaciones ahora difícilmente podrán hacerse una idea de qué evitar para que Apple no rechace sus aplicaciones en las que invierten tiempo, dinero y esfuerzo y que-no podemos negar- ha traído tanto beneficio al iPhone.
Esperemos que Apple cambie algún día las políticas de manejo del App Store, especialmente ahora que ha llegado el primer móvil con Android, el sistema operativo para teléfonos celulares de Google que promete bastante, principalmente por ser un sistema mucho más abierto no sólo a otros dispositivos, sino también en el desarrollo de sus funciones. Advertidos quedan, que luego se vienen los complots.
Via: macrumors